La periodista georgiana Tamara Urushadze cubría en directo una conexión desde las afueras de la ciudad de Gori que se encuentra rodeada de tropas rusas. Los disparos procedían de las posiciones ocupadas por las fuerzas de la región separatista de Osetia del Sur, donde el Ejército ruso entró para proteger a los surosetas de las tropas georgianas. La reportera era herida en directo con la rozadura de una bala en el brazo y caía al suelo del susto y dolor hasta que, y sin interrumpir la conexión, se levantaba y con ayuda de sus compañeros se dirigió a la furgoneta de prensa para cubrirse con un chaleco antibalas y seguir el reportage contando lo sucedido.
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