La mini-serie está basada en hechos reales y narra la historia de cinco jóvenes violentos, autoritarios, que no cumplen con las normas y sus padres se ven incapaces de controlarlos.
La historia se basa en casos que han sucedido en varias partes del mundo en que padres, buscan desesperadamente soluciones, y envían a sus hijos a barcos de alta mar, régimenes militares... para que lleven una vida dificil y disciplinada. En España la existencia de este tipo de centros se conoció hace poco más de un año a través de una noticia que ocupó las portadas de la prensa nacional. Un joven suizo de 14 años fue encontrado deambulando por la estación de Figueras (Girona), con signos evidentes de haber sido maltratado. El joven contó que se había escapado junto a otros adolescentes de una masía en Sant Llorenç de la Muga (Gerona) regentada por el suizo Armin Markus y donde dijo que les enjaulaban y maltrataban.
En la serie: Alejandro, Simona, Hugo, Eva y Rubén llevan tiempo encerrados en una granja perdida en las montañas donde son sometidos a un duro régimen de trabajo medieval por tres desconocidos, Ara (Marta Calvo), Marco ( Ramiro Alonso) y Tony (Alfredo Villa). Deberán dejar de lado sus diferencias y organizarse en un grupo compacto para burlar la estrecha vigilancia de sus captores. Entretanto, en la ciudad, los padres (que desconocen los métodos de reeducación que llevan sus hijos) viven atormentados la ausencia. No existe comunicación alguna con ellos y sólo la insistencia de una psicóloga en unas reuniones de terapia de grupo, los empuja a enfrentarse con las posibles soluciones a su situación familiar.
En la serie: Alejandro, Simona, Hugo, Eva y Rubén llevan tiempo encerrados en una granja perdida en las montañas donde son sometidos a un duro régimen de trabajo medieval por tres desconocidos, Ara (Marta Calvo), Marco ( Ramiro Alonso) y Tony (Alfredo Villa). Deberán dejar de lado sus diferencias y organizarse en un grupo compacto para burlar la estrecha vigilancia de sus captores. Entretanto, en la ciudad, los padres (que desconocen los métodos de reeducación que llevan sus hijos) viven atormentados la ausencia. No existe comunicación alguna con ellos y sólo la insistencia de una psicóloga en unas reuniones de terapia de grupo, los empuja a enfrentarse con las posibles soluciones a su situación familiar.
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